Our Team

Marina Ortiz is a Salvadoran lawyer and human rights activist; she has a master’s degree in forensic psychology and criminology.

She has experience working with the Inter-American Commission on Human Rights of Washington DC, by accompanying cases of Salvadoran human rights violations and their litigation processes.

From a very young age, she began her human rights defense work in El Salvador. In her search for truth and justice, by working with Memoria Histórica, she accompanied the mothers of those who disappeared during the war in El Salvador. Her job focused on documenting reported and not reported cases of torture and sexual abuse during the civil conflict. During the year 2003, thanks to the Jesuit father Jon de Cortina, her mentor, she joined the Pro-Búsqueda Association; an organization supporting mothers searching for their children who were taken from them during the war.

Other achievements have been winning a national award in EL Salvador in 2011. The Secretariat of Social Inclusion of the government of President Mauricio Funes[1], launched a university contest called: “Rewriting our history: Missing children, historical memory and Peace-building”. The contest called for students of Legal Sciences (or Jurisprudence and Social Sciences) and International Relations of all the country’s universities to participate. She was awarded first place with the essay titled: “With Truth and Justice until you are found”.

On 13 November 2013, Pro-Búsqueda suffered an attack on its premises, and from there, she has been persecuted for her work as a defender, in addition to suffering a criminal attack and various harassment. Therefore, the Inter-American Commission declared precautionary measures in favor of this activist /reference: IACHR 409/13.

In 2014, she began a new work based on the accompaniment of victims of organized crime, for which she founded and directed the Salvadoran Association for Human Rights (ASDEHU).

Within ASDEHU, she initiated the first trial against the El Salvadoran state in regard to a case involving the militia and the disappearance of three young individuals. On February 18 of 2014, it was initiated a constitutional process called Habeas Corpus (reference of case 40-2015).  She then filed an appeal for the review and another for revocation of the crime of enforced disappearances against the sentences issued by corrupt judges in El Salvador. Thanks to this, there remain legal, political and social background records of the first successful process in the history of El Salvador against the militia, police and criminals who committed cases of torture, forced disappearances, and abuse of authority, among other serious human rights violations. The specific military group was prosecuted for Deprivation of Liberty and Forced Disappearance in El Salvador. She also represented emblematic cases, in which she demanded protection from the Salvadoran government for other activists who fight for justice.

In addition, she helped run the special “immediate intervention” procedure before the UN Working Group on Enforced and Involuntary Disappearances for victims of enforced disappearance in El Salvador. Marina Ortiz, with high international experience, has as a priority to protect her representatives.

Marina Ortiz currently lives in the United States of America and works at The Church Council of Greater Seattle as a community organizer for the Solidarity Group for Migrant Families. She has dedicated her entire life to the defense of human rights, especially of the most vulnerable people and of the migrant community. She has fought for equality and believes in justice, as she has demonstrated with her work,  fighting every day to make human rights a reality in a more peaceful and supportive world.

Marina Ortiz (she, ella)

Organizadora Comunitaria
Grupo de Solidaridad

206-525-1213, EXT 106

Marina Ortiz, abogada graduada en El Salvador, de nacionalidad salvadoreña, activista por los derechos humanos; cuenta con una maestría en psicología forense y criminología.

Cuenta con experiencia en procesos de litigación y acompañamiento a  casos de graves violaciones a los derechos humanos ocurridos en El Salvador, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con sede en Washington DC.

Desde muy joven inició su tarea por la defensa de los Derechos Humanos en El Salvador.  En la búsqueda de la verdad y la justicia acompañó a las madres de los desaparecidos, durante la guerra en El Salvador por medio de Memoria Histórica. Su labor se centró en documentar casos de torturas y abusos sexuales durante la guerra, así como documentar denuncias cometidas durante el Conflicto Armado de El Salvador.  Durante el año 2003, gracias al padre jesuita Jon de Cortina, quien fuera su mentor, se incorporó a trabajar en la Asociación Pro-Búsqueda; organizando a las madres que desesperadamente buscaban a sus niñas y/o niños que les fueron arrebatados durante la guerra.

Otros de sus grandes logros han sido ganar un premio a nivel nacional de EL Salvador en el 2011, la Secretaría de Inclusión Social del gobierno del presidente Mauricio Funes[1],  lanzó un certamen universitario denominado: “Reescribiendo nuestra historia: Niñas y niños desaparecidos, memoria histórica y consolidación de la paz”, dirigido a estudiantes de  Ciencias Jurídicas (o Jurisprudencia y Ciencias Sociales) y de Relaciones Internacionales en todas las universidades del país, siendo ella, la ganadora del   primer lugar a nivel nacional con   el ensayo denominado: “Con verdad y justicia hasta encontrarte”.

El 13 de noviembre de 2013, Pro-Búsqueda sufrió un atentado en sus instalaciones, y es a partir de allí que, es perseguida por su trabajo como defensora, además de sufrir un atentado criminal y distintos hostigamientos. Por lo anterior, la Comisión interamericana declaró Medidas Cautelares a favor de esta activista /referencia: CIDH 409/13.

En el 2014 inició una nueva labor a partir del acompañamiento a otras víctimas del crimen organizado, por lo que funda y dirige la Asociación Salvadoreña por los Derechos Humanos (ASDEHU).

Dentro de ASDEHU, inició el primer juicio contra El Estado salvadoreño por el caso de un grupo de militares que desaparecieron a tres jóvenes, el 18 de febrero de 2014 a través de proceso constitucional llamado Habeas Corpus (referencia del caso 40-2015).  Con base a este caso, presentó un recurso de revisión y otro de revocatoria por el delito de desaparición forzada antes las sentencias emitidas por jueces corruptos de El Salvador. Gracias a dicho recurso, quedaron antecedentes jurídicos, políticos y sociales del primer proceso exitoso en la historia de El Salvador contra militares, policías y criminales, relacionados a casos de tortura, desaparición forzada, abuso de autoridad, entre otras graves violaciones a los Derechos Humanos. El grupo de militares fue procesado por Privación de Libertad y Desaparición Forzada en El Salvador. A su vez, ha representado casos emblemáticos, en los cuales ha demandado al Estado Salvadoreño, protección para otros activistas que, como ella luchan por la justicia.

También, activó el procedimiento especial de “intervención inmediata”, ante el Grupo de trabajo sobre Desaparición Forzada e Involuntarias de la ONU, para víctimas de desaparición forzada en El Salvador. Marina Ortiz cuenta con alta experiencia a nivel internacional con el fin de proteger a sus representados.

Marina Ortiz actualmente vive en los Estados Unidos de América y trabaja en The Church Council of Greater Seattle como organizadora comunitaria del Grupo de Solidaridad para Familias Migrantes. Ha dedicado toda su vida a la defensa de los derechos humanos, especialmente de las personas más vulnerables y de la comunidad migrante. Ha luchado por la igualdad y cree en la justicia, como lo ha demostrado con su trabajo, luchando cada día por hacer realidad los derechos humanos en un mundo más pacífico y solidario.